Conocerte no fue casualidad,
porque hace mucho tiempo ya te conocía,
tu silueta estaba grabada en mi mente
y sentía tus palabras convertirse
en la suave caricia que deleita mis oidos.
Sentía tu suave voz que alegra mi existir,
dándole vida a mis momentos.
y conocía también tu hermoso corazón
porque va en mi pecho junto al mío.
Conocía tu alma, tan blanca y pura
como la suave aurora de cada amanecer
y conocía tu escencia,
tan delicada como el pétalo de una flor.
Conocía cada centímetro de tu piel,
porque mis manos mil veces te tocaron
en mis sueños y conocía tus dulces labios,
por que en ellos me pierdo cada noche
en la distancia.
Conocía tus miedos y tus alegrias,
cuán fiel guardian de tus horas atesoré
momentos invaluables en mi memoria.
Conocía todo de ti,
por que sin haberte visto nunca
Simplemente mi corazon,
mi mente y mi sentir ya te pertenecían...
0 comentarios:
Publicar un comentario