Te di la luz de mis ojos
Y un latir de mi corazón
Una pizca de mis silencios
En las frías noches de abril.
Te di el calor de mis amaneceres
Cuando la aurora se viste de gris
Tras las sombras del silencio
Que pasa junto a ti.
Te di la extensión de mis abrazos
Y el crepúsculo de mi sentir
Las horas perturbadoras de mi soledad
En el perpetuo témpano de tu corazón
Cuando suaves y blancas hojas no escritas
Queman el matiz de mi sensibilidad
Amándote en silencio
Sin perdón ni antifaz
Te di simplemente mi vida
Dejando todo completamente en soledad.
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