Bébeme en silencio
A sorbos... sin medida
Bébeme tan solo en soledad
Entre gemidos eternos
Que resuenan tras el cristal
Ahogándome en el nectar de tus besos
Cada mañana al despertar.
Bébeme en el crepúsculo que no acaba
En las horas inmensas en tu mirar
Con el dulce calor de tus abrazos
Cuando acaba la tempestad
De la pasión de dos cuerpos
A la hora de amar.
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