Hoy no hay letras, no hay poesía
Hoy el cansancio se apodera de mi alma
Y me hace preso de la melancolía
En las noches en que la luna se esconde
Y todo se queda en tinieblas, sin vida
Mientras la soledad se encarga de susurrar suaves melodías,
Para que las estrellas no bailen y se queden quitas, en agonía
Cuando las letras se quedan olvidadas en el baúl de la tristeza mía,
En el fondo de un escaparte oscuro, en los recuerdos que pasan sin prisa
Mientras se siente un escalofrío moribundo al llegar un nuevo día
En este poeta errante, que pasa, vive y muere sin compañía.
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