Y vi caer,
las hojas de los árboles,
En un majestuoso degradé de colores,
Al son de la suave brisa
que, parecía hacer bailar a tímidas mariposas
Entre sonetos dulces
Y el vaivén armónico de mil colores
Que deleitaban todo el lugar
Inundando cada rincón de belleza y de luz,
Mientras mis sueños parecían volar
Y mi mente se perdía, viajando entre los pasillos de mi alma
Entre la tibieza y la tempestad de mi templanza,
al abrigo de la hierba que se mecía lentamente
Haciéndome partícipe de esta sinfonía de colores, música y murmullos
Que llenaban mi alma y corazón
En un sueño de nunca acabar...
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