Vivo en una burbuja de sueños de cristal,
en un mundo de suaves melodías que aquietan mis miedos
entre arcoiris de múltiples colores
y esponjosas nubes de algodón.
Vivo en el sentir de las palabras
en el vaivén del vuelo de tímidas luciérnagas
que iluminan las noches oscuras en el menguante de la luna en primavera.
Vivo en la sutileza de las flores
en sus aromas y colores,
en el desliz del rocío que corre
por sus pétalos cada mañana,
cuando el sol despierta al alba,
detrás de magestuosas montañas
desbordando mágicas sensaciones
en el sendero de las vías del tiempo,
que cubren el breve lazo
que separa mi mundo de la realidad.
en un mundo de suaves melodías que aquietan mis miedos
entre arcoiris de múltiples colores
y esponjosas nubes de algodón.
Vivo en el sentir de las palabras
en el vaivén del vuelo de tímidas luciérnagas
que iluminan las noches oscuras en el menguante de la luna en primavera.
Vivo en la sutileza de las flores
en sus aromas y colores,
en el desliz del rocío que corre
por sus pétalos cada mañana,
cuando el sol despierta al alba,
detrás de magestuosas montañas
desbordando mágicas sensaciones
en el sendero de las vías del tiempo,
que cubren el breve lazo
que separa mi mundo de la realidad.
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