Enciéndeme con el roce de tus manos
Con el cálido desliz de tus besos
Y las suaves caricias en la piel
En cada rincon de esta habitación
Bajo la suave brisa que se cuela en un rincón.
Enciéndeme en cada noche con tus palabras
Y los amaneceres con tu mirar
Entre sábanas sudorosas
En el cálido sentir de tu despertar
Tras la sombra de dos siluetas tenues
Que se funden al amar.
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