La sombra de la noche se deja sentir
cambiando la habitación de tonalidad, inundándola de pasión
mientras la luz de la luna, roza sutilmente el borde de la cama
y la penumbra de la noche, parece inundar cada rincón;
mientras tú, con tu cuerpo desnudo, pareces detener el tiempo
invitándome a ser parte de ti,
de sentir tus cálidos, suaves y blancos senos,
que caen presos de aquella ténue luz
donde casi etéreos, van surgiendo dos pezones que, al contacto con el aire,
despiertan súbitamente y se yerguen, atrevidos y provocadores,
haciendome partícipe de esta complicidad, entre la noche y tú,
vienes y me excitas como si estuvieras hecha para mis manos,
tus formas, líneas y curvas confabulan con mis labios
deseosos de perderse en ti, para estremecer nuestros corazonesen una mágica noche de amor
donde nuestros cuerpos se reconozcan y sean solo uno...
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