Me sabe a melancolía este vuelo sin fin,
Con el fascinante aleteo de cientos de colores
Que corren, a lo lejos, sin descansar,
Me sabe a ansiedad, los días de cielo azulado
Cuando el letargo de las horas se apodera de mi ser
Y me quedo mirando el horizonte
sin nada que pensar, sin nada que sentir.
Me sabe a un suspiro eterno
Cada mañana al despertar, cada minuto que pasa
Cada paso al andar,
Cuando el tiempo descansa y parece no avanzar
en el umbral de mi soledad,
Entre un poco de esperanza y una pizca de frialdad
Al sentir la brisa que pasa cuando quiero escapar
En el tibio atardecer de otoño
Cuando mi alma parecía volar, perdido entre mil palabras
Y con mil sueños que realizar.
Me sabe a un mudo silencio, y simplemente me queda soñar
Cuando las hojas caen y esta historia no tiene final.
0 comentarios:
Publicar un comentario